Qué es la farmacia en nuestro país
Cerca
del
60%
del
mercado
local
de
fármacos
forma
parte
a
las
industrias
farmacéuticas
nacionales
que
desarrollan
entre
el
50%
y
el
55%
del
valor
de
las
ventas.
Por
Kharla
Pimentel
“El
ámbito
farmacéutico
dominicano
se
encuentra
dentro
de
las
industrias
locales
mucho
más
prósperas
del
país,
muchas
de
ellas
con
potencial
y
también
inclinación
a
la
exportación”,
asegura
Osmel
Aroche,
gerente
de
mercado
de
Laboratorios
Lam,
compañía
con
mucho
más
de
30
años
de
experiencia.
Lam
es
la
compañía
número
uno
del
ámbito
de
cardiología
del
país
en
doble
y
triple
terapia
de
medicamentos
cardiológicos.
En
el
mes
de
diciembre
de
2014
cerró
con
precisamente
19,5
millones
de
pesos
dominicanos
(al
género
de
cambio
de
45
DR
pesos
por
dólar)
en
ventas.
“Distribuye
y
tiene
presencia
en
todas
y
cada
una
de
las
farmacias
del
país,
nuestros
fármacos
son
producidos
por
Lam
y
no
importados
como
otros
laboratorios”,
afirma
Aroche.
Es
integrante
oficial
de
la
Asociación
de
Industrias
Farmacéuticas
Dominicanas
(Infadomi),
a
la
que
forman
parte
otras
35
compañías
que
fabrican
y
comercializan
sus
modelos
en
el
país.
Resalta
que
la
producción
nacional
de
fármacos
logró
robustecerse
merced
a
la
distribución
de
hombres
de
negocios
que
con
capital
propio
se
han
destinado
a
un
ámbito
que
necesita
enormes
inversiones.
Jaime
Aristy
Escuder,
presidente
de
Infadomi,
apunta
que
pese
a
los
múltiples
óbices
sostienen
su
deber
con
la
economía
nacional
y
la
promoción
del
ingreso
a
fármacos
de
bajo
valor
y
calidad
para
la
población
dominicana.
“Es
un
ámbito
que
tiene
un
nivel
de
ventas
de
cerca
de
530
millones
de
dólares
estadounidenses
(millones
de
dólares
americanos)
por
la
parte
de
compañías
privadas,
dentro
importadoras
extranjeras
que
llevan
décadas
en
República
Dominicana,
las
que
desarrollan
ganancias
para
el
Estado”,
afirma.
Inversiones,
costos
y
economía
El
presidente
de
Infadomi,
nacido
tras
un
mostrador
farmacéutico,
señala
que
el
mayor
gasto
de
inversión
que
efectúan
hay
que
a
los
comburentes
que
ponen
en
desempeño
las
plantas
y
equipos
para
la
producción
de
artículos
farmacéuticos.
Le
prosigue
la
adquisición
de
materia
prima
para
su
fabricación.
Afirma
que
previamente
ciertos
modelos
pagaban
aranceles
del
3%
sobre
sus
materias
primas;
al
paso
que
otros
15%,
20%
y
hasta
30%,
pero
pese
a
esto
se
desarrolló
la
industria
farmacéutica
nacional.
“En
este
momento
la
materia
prima
paga
cero,
pero
existen
algunos
insumos
que
todavía
están
pagando
impuestos
y
de
ahí
que
hay
una
negativa
en
relación
a
esto”,
destaca
Aristy
Escuder.
La
industria
nacional
asimismo
crea
una
cantidad
fundamental
de
empleos,
que
en
concepto
de
sueldos
per
cápita
es
mucho
más
del
doble
del
promedio
nacional.
“En
el
momento
en
que
lo
comparas,
por
servirnos
de
un
ejemplo,
con
el
campo
manufacturero,
que
es
equiparable
a
la
industria,
ves
que
el
salario
promedio
es
de
17
000
pesos
dominicanos
(a
un
género
de
cambio
de
45
pesos
dominicanos
por
dólar)
y
el
de
nuestra
sucursal
ronda
los
37.000
pesos
dominicanos
(a
una
tasa
de
cambio
de
45
DR
pesos
por
dólar)
por
mes;
esto
es,
tienen
cerca
de
20.000
pesos
de
República
Dominicana
(a
una
tasa
de
cambio
de
45
DR
pesos
por
dólar)
en
proporción,
de
menor
salario”,
apunta
Aristy.
Advierte
que
cuanto
mucho
más
medra
la
industria,
incrementan
las
vacantes
laborales
para
jóvenes
expertos
que
concluyen
su
trayectoria
con
la
ilusión
de
trabajar
en
lo
que
escogieron.
El
gerente
de
mercado
de
Lam
resalta
que
entre
el
60%
y
el
70%
del
valor
de
un
producto
farmacéutico
se
ajusta
a
costos
de
inversión
en
promoción,
en
su
caso
los
visitantes
a
médicos
que
cubren
todo
el
país
que
tienen
la
posibilidad
de
ganar
hasta
85,000
pesos
de
República
Dominicana
(al
género
de
cambio
de
RD
45
pesos
por
dólar)
salario.
Aumento
de
utilidades
parciales
y
parciales
Si
bien
Aristy
apunta
que
el
ámbito
privado
de
las
industrias
farmacéuticas
no
está
estancado,
sí
recomienda
que
el
Estado
dominicano
vea
en
este
ámbito
un
aliado
potencial
para
prestar
fármacos
a
bajo
valor
a
los
ciudadanos.
“En
el
momento
en
que
generamos
desde
adentro
creamos
empleos
y
le
ofrecemos
seguridad
al
país
pues
tenemos
la
posibilidad
de
sugerir
medicinas
mucho
más
económicas
que
varios
importadores
extranjeros
que
venden
a
República
Dominicana
y
tienen
un
precio
de
importación
superior
al
que
vendemos
nosotros”,
detalla.
.
Apunta
que
el
gobierno
puede
pactar
con
la
industria
nacional
a
fin
de
que
provea
fármacos
al
Programa
de
Fármacos
Fundamentales/Centro
de
Acompañamiento
Logístico
(Promise/Cal)
y
ofrecerle
la
posibilidad
de
acrecentar
el
volumen
de
producción,
achicar
sus
gastos
y
vender
a
costes
mucho
más
bajos
.
mas
competitivo.
“Esto
es,
en
vez
de
dárselo
a
India,
China
o
Pakistán,
se
lo
daremos
a
la
industria
nacional,
que
es
la
que
utiliza
a
los
dominicanos
con
el
doble
del
salario
que
se
le
pagaría
al
resto
de
los
campos
productivos
del
país.
.»
,
destaca.
Afirma
con
vehemencia
que
si
un
laboratorio
nacional
empieza
a
trabajar
de
manera
directa
con
Promese,
debe
acrecentar
su
personal
en
por
lo
menos
un
50%,
puesto
que
debe
prolongar
cuando
menos
medio
turno,
lo
que
favorecería
la
generación
de
empleo.
Aristy
afirma
que
Infadomi
es
una
industria
que
apoya
la
estrategia
nacional
de
avance
particularmente
en
la
generación
de
empleos,
en
consecuencia
apoya
lo
predeterminado
en
la
Estrategia
Nacional
de
Avance
para
utilizar
políticas
que
fomenten
la
generación
de
empleo.
Cabe
indicar
que
en
el
momento
en
que
se
desglosan
los
costos
dependiendo
del
producto
importado
o
de
fabricación
nacional,
en
promedio
estos
son
un
50%
mucho
más
económicos
que
los
artículos
importados.
De
ahí
que,
asimismo
solicita
que
todos
concurran
en
el
desarrollo
de
licitación,
pero
en
igualdad
de
condiciones.
“Si
a
la
industria
nacional
se
le
da
la
posibilidad
de
vender
un
mayor
volumen
de
fármacos
a
Promese,
puede
favorecer
al
país
por
el
hecho
de
que
aparte
de
tener
una
oferta
a
costes
mucho
más
bajos
y
un
mayor
nivel
de
empleo,
esto
va
a
ayudar
en
el
desarrollo
de
avance
nacional.
,»
él
afirma.
industrias
extranjeras
De
esta
manera,
en
República
Dominicana
trabajan
cientos
y
cientos
de
compañías
farmacéuticas
extranjeras
que
ven
al
país
con
un
conveniente
tiempo
de
inversión
y
una
legislación
que
garantiza
la
seguridad
empresarial.
Pfizer,
industria
que
tiene
su
Centro
Corporativo
Centroamericano
y
del
Caribe
en
Costa
Rica,
importa
sus
artículos
al
país
desde
mediados
del
siglo
XX
y
tiene
una
pluralidad
de
fármacos
que
asisten
a
impedir,
tratar
y
sanar
patologías
en
una
extensa
selección.
de
áreas
terapéuticas.
.
La
compañía
invierte
mucho
más
de
7.000
millones
de
dólares
americanos
en
investigación.
“De
esta
manera
hemos
puesto
predisposición
de
los
pacientes
un
portafolio
robusto
de
fármacos
en
distintas
áreas
terapéuticas”,
enseña
Isabel
Sánchez,
ejecutiva
de
Comunicación
Externa
de
la
compañía.
Sánchez
apunta
que
Pfizer
está
dispuesta
para
la
revitalización
del
mercado
farmacéutico
que
viene
confrontando
cambios
esenciales
en
la
manera
de
realizar
negocios,
lo
que
los
ordena
a
reinventarse
y
amoldarse
todo
el
tiempo.
Hay
un
Centro
Logístico
Latinoamericano
que
trabaja
desde
Panamá
donde
se
efectúan
2
funcionalidades:
el
LALC
(Centro
Logístico
Latinoamericano)
que
garantiza
el
abastecimiento
de
principios
activos
a
las
plantas
manufactureras
y
la
facturación
para
los
distintos
mercados
de
América
latina;
y
el
segundo
está
relacionado
con
el
almacenaje
y
distribución
de
artículos
finalizados
a
Centroamérica
y
el
Caribe.
En
República
Dominicana
tiene
múltiples
puntos
de
acopio
de
sus
modelos,
los
que
se
distribuyen
por
todo
el
país,
siendo
los
mucho
más
demandados
fármacos
para
la
prevención
de
anomalías
de
la
salud,
tratamientos
antidepresivos
y
calmantes.
También,
el
país
aloja
una
de
las
compañías
biotecnológicas
mucho
más
enormes
de
todo
el
mundo,
como
es
el
laboratorio
Roche,
que
se
destaca
en
el
avance
de
tratamientos
de
oncología,
inmunología,
patologías
infecciosas,
oftalmología
y
neurociencia.
Con
precisamente
50
años
de
operación
en
República
Dominicana,
Roche
invierte
anualmente
cerca
de
9,000
millones
de
dólares
americanos
en
la
investigación
y
avance
de
nuevos
tratamientos
para
anomalías
de
la
salud
donde,
según
dicen,
hay
una
enorme
necesidad
de
progresar
las
terapias
recientes.
Randall
Rodríguez,
directivo
de
ventas
de
Roche
Centroamérica
y
el
Caribe,
enseña
que
a
fin
de
que
un
fármaco
revolucionario
salga
al
mercado
a
comercializarse
se
precisan
mucho
más
de
1,000
millones
de
dólares
estadounidenses
de
inversión,
prácticamente
ocho
millones
de
horas
de
trabajo
interdisciplinario,
mucho
más
de
6,500
ensayos
y
mucho
más
de
400
científicos.
“Para
crear
en
salud
es
requisito
efectuar
estudios
clínicos,
área
donde
venimos
haciendo
un
trabajo
desde
2013
en
República
Dominicana,
donde
se
realizaron
seis
estudios
y
se
han
beneficiado
mucho
más
de
80
pacientes”,
ha
dicho
Rodríguez.
Afirma
que
Roche
trabaja
en
grupo
con
el
gobierno
dominicano,
los
pacientes
y
la
sociedad
médica,
en
la
búsqueda
de
distintas
esquemas
para
asegurar
que
los
pacientes
que
precisan
sus
tratamientos
logren
poder
ingresar
a
ellos.
Pfizer
y
Roche
pertenecen
a
la
Asociación
de
Representantes,
Agentes
y
Productores
Farmacéuticos
(ARAPF)
que
desarrollan
su
tarea
en
el
país.
ARAPF
fomenta
la
fabricación,
distribución
y
comercialización
de
sus
artículos
y
el
ahínco
científico,
técnico
y
económico
aplicado
a
la
investigación
de
nuevos
fármacos
y
optimización
de
los
que
ya
están,
tal
como
la
incesante
actualización
de
los
controles
de
calidad
empleados
en
la
elaboración.